El arte en general, y los títeres en particular, cumplen un rol fundamental en la infancia. Por alguna razón todos los niños juegan, sin saberlo, a ser grandes titiriteros, cuando le dan ánima a sus muñecos y juguetes expresando, a través de ellos, emociones y pensamientos internos. Al experimentar el fenómeno de darle vida a un objeto inanimado, cada uno deposita su propia energía en él, objetualizando una parte de nuestra personalidad logrando visualizar algo interno y muchas veces sanando y liberando experiencias ocultas. El adulto a cargo puede guiar este juego logrando que el niño tome conciencia de la poderosa herramienta de expresión que tiene a su alcance, invitándolo a crear una obra escénica donde sus motivaciones, emociones, pensamientos, opiniones, etc. Cumplan con el proceso comunicacional del arte.
Profesor: Daniel Maurizio